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Ni m’acuerdo si en alguna ocasión os he contado que regenté una agencia de publicidad bautizada con el nombre de “Plumilla publicidad y marketing” en Sabadell. Pues bien, la agencia funcionó, pero al revés de las “grandes”, que en sus libros biográficos explican que empezaron en un garaje y terminaron en grandes edificios de oficinas ( ver la serie de tele Mad Men).

Al contrario de estas enormes agencias de publicidad, nuestra “Plumilla” empezó en unas buenas oficinas y acabó en un garaje, no mísero pero casi. De todas maneras esta última época fue la más creativa y con clientes a nivel nacional e internacional. Tuvimos cuentas buenas, alguna mala y alguna malísima, que como explica el mejor publicista del mundo Claude C. Hopkins “Puedes trabajar con cuentas publicitarias importantes y rentables, pero como te distraigas con clientes de “medio pelo”, éstos se comerán los beneficios de tus buenos clientes”.

Bueno, esto lo escribe mucho mejor y con más estilo el señor Hopkins (q.e.p.d.), pero un servidor de usted ( que ya no se dice) lo ha extractado lo mejor que ha podido. Mi equipo de profesionales eran mitad y mitad. Unos buenísimos y otros malos, pero que muy malos. Uno de ellos era tan malo que era Satán en persona.

¿Cómo puedo afirmar tal barbaridad?, simplemente porque cuando salía del W.C. dejaba en él un fuerte olor a azufre. El balance final fue extraordinario, eliminamos a Satán, colgando en la agencia dibujos originales del dibujante “santo” del TBO  Batllori Jofré y la colaboración de nuestra perrita Ninis que a diario con mordiscos le destrozaba los bajos del pantalón al infiltrado belcebú de pacotilla. Todo ello y muy atentos le pillamos con pruebas clarísimas y con fotos saliendo del infierno que era una máquina tragaperras del bar Enano’m disfrazado de artista educado. En cuanto le pillamos en una de sus repetidas veces (en las fotos lo veréis), se le despidió sin carnet de paro y menos con indemnización. Nuestras/os abogadas/os demostraron al juez que Belcebú no era terrenal y se demostró en la vista con solo  mostrarle dos cruces: un Cristo de los Faroles pero de Córdoba, y una Cruz de Caravaca, de Caravaca de la Cruz lugar donde nació nuestro dibujante y que el pueblo aún le debe un homenaje.

Satán, al verse despachado y humillado, nos cogió tanto odio que al desaparecer en la máquina pelabolsillos gritó aquello de “¡La ràbia se m’emporta!” (¡La rabia se me lleva!). Una vez eliminado, la agencia tomó un frescor que nos llevó a un buen camino de olor a jazmín y rosas, dejando atrás el tufo del azufre.

El grafópata que escribe creía entonces en la publicidad. Admiraba las agencias buenísimas que cortaban el bacalao tanto en radio, prensa y tele. MMLB, Rilova Casadevall y Pedreño, Tandem, Bassat, o Augusta BBT del sabio Francisco Baena, entre otras. Tan grandes eran sus creativos que hacían trabajos que daba gusto. Sus anuncios no cansaban. Eran tan buenos, que  “te hipnotizaban y retenías el artículo que publicitaban”. En cambio hoy, para el que escribe, la publicidad es cansina y estás harto del mismo espot, tantas veces los ves en una misma sesión de película, que piensas: me c. en la madre que los p. ,nunca compraré este producto ¡por pesados, cono!. Eso sí, mucho truco y  muchas leches de ordenador. Son anuncios tan dispersos en su contenido que el mismo espot  podría anunciar, cambiando solo la cola del final, un coche, un perfume, una marca de ropa, o una marca de preservativos. ¡Son anuncios muy majos! ¿Pero venden?. Y ahora que no me salga el capullo de turno con aquello de “la publicidad informa, no vende”. Así les vá.
 
En aquellos años, los de “Plumilla”, creíamos tanto en la publicidad que nuestra modesta pero creativa agencia decidió auto-publicitarse colocando una valla en la entrada principal de Sabadell. Y fue pintada a mano por el cincurflejo publicista manresano de Manresa Josep Renalias i Guitart que era  el director de arte del estudio, y este grafópata que hacía de jefe. Mano a mano pintamos una valla de 3X8 mts y se enclavó en la entrada de nuestra ciudad, en un punto tan bueno que todo el que entraba en la ciudad  ¡plasf! se le plantaba en los morros. ¡Qué épocas aquellas!.

Claro que no contábamos que Satán es inmortal y se vengó al estilo de la película “La profecía”, donde aquel cura avisa a Gregory Peck  de que su hijo es el anticristo. Entonces Belcebú cabreado, lanza un rayo que destroza una reja y un barrote se lo clava al sacerdote, matándolepara siempre.

Esta fue la misma venganza que pretendía con nosotros, este demonio enfurecido, mandó un rayo a la valla-anuncio de publicidad de nuestra agencia. Se ve que Satán no tenía el día fino y no logró su propósito y la valla permaneció muchos años en el lugar, aunque un poco chamuscada.

Desde entonces hemos tenido algunas escaramuzas este diablo y yo. En una de ellas hizo que se rompiera la escalera en la que yo estaba blanqueando mi terraza, dándome un batacazo de abuelo y muy señor mío, desde 3 mts en caída libre y de espaldas, que por poco me deja en una silla de ruedas, pero no lo consiguió del todo porque después de la operación  me recuperé apoyándome en dos muletas. Actualmente sólo llevo una pero p’a siempre.

Nunca me separo de  dibujos de Batllori Jofré conseguiendo el mismo efecto que hacen los ajos para desistir a Drácula (o Dracuuuuul!) de un ataque mortal.

Actualmente, según me ha dicho un constructor de viviendas que el banco le embargó el edificio pero no su patrimonio ni tampoco quedaba sujeto a una deuda de por vida, es decir el escrache se lo hizo él al banco, como os decía, este constructor riquísimo de raza “Los Vivales”, me aseguró que  este demonio se marchó de Sabadell y actualmente reside en Nueva Jersey, que, según dicen es la sede demoníaca. Se nota su marcha a América porque los que habían pactado con él han  perdido su protección y a diario son descubiertos de sus estafas y la mayoría están imputados por  una Ley, que según el Rey para todos es igual. ¡¡Santa Cristina y San Iñaki nos coja confesados !!

Y si no os creéis todo lo escrito,  queridos grafópatas y grafópatas os envío documentos veraces comprobantes de la historia. Mirad las fotos y veréis lo que es bueno. ¡Ah!  y gracias por creerme. ¡Orguá!.

El grafópata que os quiere y que a sus más de 70 años, conserva toda su dentadura por no mentir nunca, Lluís Giralt.

 

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