Joan Blancafort és y fue “Sacha” ( 1925-1993 )
Hemos tenido la suerte de que su hijo Farran nos escriba su auténtica biografía. Pica el PDF que encontraras al final de la pagina y sabrás mucho más de la historia del TBO..
Por mi desgracia no tengo originales de este dibujante, pero si una buena y grata referencia ya que fue “otro” dibujante de La Familia Ulises según muestro en este documento histórico en nuestro poder..
Tuve la suerte de encontrar esta fotocopia por casualidad, y la he guardado siempre. El tiempo me ha dado la razón. Hay que ver que una simple fotocopia pueda cambiar la historia.
Hay un sello en el dorso que me dio la pista para la localización del dibujante.
Y así fue.
Hablé con su hijo Ferran que después de una animada charla, me prometió que me haría una detallada biografía de su padre y así lo hizo.
Voy a tirar de mi colección de TBO y buscaré algunos dibujos publicados en la revista.
Veréis la diferencia en los dos estilos de Blancafort y Sacha. En el primero son historietas que definiría como unos dibujos primohermanos de Conti y el segundo historietas mudas con la un estilo de línea clara americanizados. Creo que en esta segunda incluso tenía un sello parecido al de “King Feature Sindicate”. Ya en el libro de los 100 años de TBO escribíamos que las dos firmas eran el mismo artista.
Ah! un consejo: sería un pecado mortal que no siguierais indagando . Buscad la página de Blancafort donde se descubre que, aparte de ser un buen dibujante, era un importante pintor del arte “naif”.
Si no hacéis caso, después no me vengáis con aquello de “nom’acordaba”, “otrodia “ “ hoyno hepodio” y otros lamentos de aquellos metafóricos.
Os lo recomiendo ferozmente porque los cuadros de Blancafot nada tienen que envidiar a los del gran Henri Rousseau
Y ahora os dejo con la historia auténtica de otro de los dibujantes de TBO que están casi, casi en el olvido. Para que no sea así, aquí estamos esta raza extraña: los grafópatas
Gràcias Ferran!.
Lluís Giralt Llordés el grafópata agradecido por insecula seculorum. (Amén)
Unas palabras sobre Juan Blancafort, “Sacha” ( por FerranBlancafort)
Juan Blancafort Espiell, Sacha como le gustaba llamarse, nació el 29 de marzo de 1925 en La Garriga y falleció el 29 de septiembre de 1993 en Barcelona.
Su familia era propietaria del Balneario Blancafort y creció rodeado de personajes célebres que por aquellos años frecuentaban e iban a descansar unos días al balneario. Allí se celebraban bailes con orquestina en los jardines, y los clientes disfrutaban de las propiedades de las aguas termales.
A los veinte años le tocó hacer el servicio militar en Ceuta, y le resultó una experiencia enriquecedora. Le gustaba a menudo recordar los casi tres años que pasó cumpliendo el servicio militar en Ceuta, donde por sus dotes de dibujante le asignaron al Estado Mayor para el trazado de mapas. Pronto le dieron permiso para dormir fuera del cuartel y vestir de paisano, así que alquiló una habitación y disfrutó de unos años alejado del balneario y de un entorno familiar propio de la burguesía catalana. Nostálgico, unos pocos años antes de fallecer quiso hacer un viaje a Ceuta para visitar los sitios donde había estado de joven durante el servicio militar.
Siempre rehuyó el ambiente elitista del balneario, y eso lo demostraba en múltiples detalles. Por ejemplo, después de comer hasta casi los treinta años en el comedor del balneario, una vez casado siempre decía que le encantaba la comida sencilla, las tortillas de patatas, los macarrones, el pan con tomate, el simple bistec con patatas, un estilo alejado de la cocina más elaborada del balneario. También en general no disfrutaba de los bailes ni de los actos sociales, sino que prefería el ambiente reducido de la familia y del hogar, su despacho con sus pinturas, sus recuerdos y las fotos que hacía, pues también era un gran aficionado a la fotografía.
Vivió en el balneario hasta que se casó a los 28 años con María Rosa Palá Batlle, hija de un respetado médico de Barcelona. Se instalaron en un piso del Eixample barcelonés. Entró a trabajar en la empresa Phillips como dibujante. En su casa enseñaba a sus hijos los dibujos que hacía de las máquinas de afeitar y otros electrodomésticos y que aparecían en las cajas de cartón que los contenían.
Fue una persona educada, tranquila, reservada, intimista y que se sentía a gusto con la rutina cotidiana. Su forma de desenvolverse era muy propia de haber recibido una educación muy estricta. Una vez casado, siempre permaneció en la misma vivienda con su familia, y mantuvo el mismo trabajo en la Phillips hasta que se jubiló a los 60 años.
Tuvo dos hijos. Toni nació en 1955 y se ha dedicado a la enseñanza. El pequeño, Ferran, nació en 1958 y es psicólogo clínico.
Desde muy joven Sacha se apasionó por el dibujo y la pintura. En el balneario familiar se acondicionó un espacio, un estudio, donde se aislaba y podía dibujar sin interferencias. Cabe decir que su familia no veía con buenos ojos sus aficiones artísticas y hubieran preferido que se centrara en el negocio familiar. Sin embargo, para Sacha el dibujo y la pintura eran más que una afición, de hecho, realmente fueron su vida.
El trabajo que tuvo toda su vida en la Phillips le permitió realizar su gran afición todas las horas del día. Cuando llegaba a su casa, y sus hijos lo recuerdan así, siempre se instalaba en su habitación, su despacho, donde durante los años 50 y 60 dibujaba, y a partir de los años 70 pintaba.
Un recuerdo que tengo grabado es que prácticamente todos los días, siempre, sin excepción, se puso en su despacho a dibujar y pintar, desde que llegaba a casa de la Phillips, hasta la hora de cenar y de nuevo después hasta que se iba a dormir. Por eso podemos decir que era una persona amante de su espacio, de la rutina y la tranquilidad.
Le gustaba hacer unos días de vacaciones fuera de Barcelona. Entre los años 50 y finales de los 60 iba en verano un par de semanas con su esposa e hijos a una casa familiar en Cadaqués, ubicada frente al mar en la misma bahía. Allí tuvo ocasión en varias ocasiones de charlar con Dalí, ya que a ambos les gustaba ir al bar Melitón. Todavía guardamos varias fotos de alguna de estas ocasiones, en la que Dalí iba con una flor en la oreja y un cachorro de leopardo o guepardo de una cadena. También hizo varios viajes a París y Londres. Le gustaba descubrir y abrirse a la multiculturalidad de esas ciudades en contraposición a la por entonces gris España. Siempre llevaba dos cámaras colgadas y cuando marchaba de viaje se llevaba hasta 10 o 15 carretes de 32 fotos cada uno.
Dibujó para varias revistas diferentes, pero se sentía muy contento de haber podido colaborar con el TBO.
Sus familiares recordamos la época en que explicó que Benejam, el dibujante de la famosa familia Ulises, estaba enfermo, y en TBO le habían pedido que siguiera haciendo las viñetas de la familia Ulises, las cuales nos enseñaba, pero en las que no aparecía ninguna firma. Por eso nos decía que cuando viéramos la familia Ulises sin firma, era dibujada por él. Así estuvo un tiempo dibujando todos los días la familia Ulises. También hizo otros dibujos ya de cosecha propia para TBO en los años 60.
Posteriormente abandonó bastante el dibujo y se centró cada vez más en la pintura. Inicialmente al óleo y desde los años 80 con los acrílicos. Realizó varias exposiciones en Barcelona y Francia con un éxito moderado. Ya en los años 80 y 90, hasta su fallecimiento en 1993, fue uno de los pioneros en España de la pintura Naif. Detallista como era, hacía una foto de cada uno de sus cuadros. Su familia guarda un álbum de fotos de cada uno de los cuadros naif. Los cuadros se vendían o bien los regalaba, así que actualmente solo quedan unos pocos en propiedad de la familia.
Recordar a Juan Blancafort Sacha no sería completo si no reflejáramos el amor que sintió hacia su pastor alemán que lo acompañó los últimos diez años de su vida. Se llamaba Layka y estuvieron estrechamente unidos. Cada pocos días le preparaba su comida en una olla con carne, zanahorias, patatas, arroz, etc. y lo sacaba diariamente a pasear varias veces por el barrio. Cuando murió, una de las últimas cosas que dijo a su familia fue que cuidáramos de la Layka, cosa que hicimos hasta que esta murió cuatro años después.
En fin, estas son unas pocas palabras en recuerdo de mi padre. Quiero destacar de su vida su amor por el dibujo y la pintura, su infinita paciencia pintando cada cuadro naif con cuarenta mil detalles, su afición a la fotografía, su dedicación a su querida perra, y como no, el haber sido un padre, esposo y modelo de vida, excelente.