Queridos grafópatas y grafópatas: hoy 12 de diciembre de 2011, en la contraportada de “El Periódico” en su sección “Gente Corriente” contiene una entrevista de Olga Merino a Maruja Ruíz, que es para chuparse los dedos ( verlo en el PDF al final del texto).
Me ayuda a hacer más verosímil lo escrito por un servidor (que ya no se dice) en mi último envío de estas notícias, “TBO fascista”, en la cual explico de modo sencillo las penas que se pasaron con la victoria del “Ejército Nacional” que destruyó las urnas “para poner orden en España”. Los jóvenes (insisto) no conocéis esta historia que empezó en 1936 y acabó con ejecuciones años más tarde. Creo que debéis de saber en que tierra pisáis. Os recomiendo que leáis este artículo y, posiblemente, apreciareis la comida por muy sencilla que sea.
Por ejemplo Maruja explica en este artículo que iba a la puerta de la panadería a oler el pan porque nunca lo había probado, llegando “a robar un bocadillo dos veces. Era el hambre.” Por tanto si no podía comprar pan, menos podía adquirir un TBO que en la época que explica, su precio era de 1 Pta. Un pan que no costaba menos que un TBO.
Y para completar os adjunto un dibujo original (segunda página del PDF) de la época la posguerra (de la auténtica hambre). El dibujo original es de Manuel Urda Marín (Barcelona 1888-1974) correspondiente al TBO número 1 de después de nuestra Guerra Incivil, en diciembre de 1941. También TBO tuvo sus repercusiones políticas por apoyar a los perdedores y dedicar la contraportada a los republicanos. Esta última página se titulaba “Floreal” y se imprimía al revés de la portada. Por ello, los ganadores de la Guerra Incivil, después, no dieron permiso para la revista con el título de TBO, pero con las triquiñuelas del inteligente Buigas, sí permitieron publicar una revista mensual. Ver cómo el director encontró la voltereta para seguir publicando su revista, como en este caso “Selección de Historietas y Pasatiempos. Ediciones TBO”. Y así, hasta 1952.
Gracias por estar aquí. El grafópata Lluís Giralt que abraza y achucha de lejos a Maruja Ruíz, mujer intrépida de aquella época y reivindicada en ésta.