El 3 de febrero de 2011 fue un gran día para un servidor de ustedes (que ya no se dice): bajé al sótano (mazmorra, según el publicista manresano de Manresa Josep Renalías I Guitart) y puse en marcha un gran aparato que compré en América, en los años 50, entonces lo llamaban computadora. Su sistema es a base de cintas que se mueven velozmente a derecha y a izquierda, o al revés, y perforan unas tarjetas y con ellas un código que nos da el mensaje. Aunque necesito mucho espacio para el maquinón que mide 12 X 24 mts. para 2 gigas de megas (yo confundí megas por meigas en gallego ).
Pero que conste que de espacio no me falta, tengo para el doble de eso y más.
Bueno, pues todo lo que os escribo a los grafópatas y grafópatas está escrito con esta computadora, que ahora en pequeño la llamais ordenador. Cuando la pongo en marcha (media hora antes de escribir, para que se caliente) hace un ruído así como rommbios, rommbios, rombios y todas las cintas empiezan a girar de izquierda a derecha. Seguro que lo habeis visto en alguna película de aquellos años. ¡Bueno! Me estoy enrollando más que una persiana, que por cierto ya no es persiana, sinó irana porque Persia ahora es Irán.
¡Estoy tan motivado y contento por explicar que NO SOY UN EX FUMADOR -palabra imposible-. Actualmente SOY UN FUMADOR QUE NO FUMA, y no lo he hecho en 12 años. Voy a ser sincero: si hoy me detectasen un cáncer de pulmón o de donde sea y me dieran un tope de vida de 6 meses, fumaría como un cosaco (un cosaco fumador, porqué conozco cosacos, pero muchos que no fuman nada de nada). Los políticos ahora nos dan la culpa a los fumadores del problema del medio ambiente. Ahora resulta que hemos sido los fumadores los contaminantes del planeta y además hemos contagiado de cáncer a toda nuestra família pasiva durante años. Con los paquetes de tabaco marcas “Bisonte” (un rubio español maricón sin sexo), después con “Ducados” (negro como los que vemos hoy por la calle vendiendo cosas, eso sí, más altos y delgados que nosotros). Y para fumar menos nos recomendaron pasar del negro al rubio, que realmente fue pasar como del Marlon Brando al James Dean. Fumar “Malboro” era como dejar el negro zumbón y pasándote al rubio como el Curt Jurguens (aquel hombre alemán alto, con los ojos saltones y miopes, que hizo de oficial alemán en ”El día más largo”. Yo con todos estos consejos, os juro que no fumé menos, y los que digan que sí ¡mentira podrida!. Cuando te vicias al rubiales (no al Rubianes, que adicta más) te fumas hasta el filtro. ¡Ottia!. Va y escuchas la canción de la Sara que te canta “Fumar es un placer, genial, sensual, Dame el humo de tu boca ¡anda! que así me vuelves loca….”. Hay que ver que con una bocanada de humo puedes volver loca a una mujer, que hoy con la viagra, ni eso.
Bueno, dejémonos de rollos y vamos a nuestro original de TBO, que es a lo que interesa. Como ya he explicado mil veces, con mis amigos Joan Porredon (sin acento y sin burbujas) y el publicista manresano de Manresa Josep Renalías I Guitart, hacemos unas comilonas en el restaurante manresano de Manresa “Cal Jo” (en castellano Cal Jo). Nos hacen unas manitas de ministro, de políticos o de cerdo, que es lo mismo, ¡cono! Lo primero que hacemos cuando entramos es leer unos letreros que se inventa el dueño y yo me los apunto porqué son filosóficos-políticos-mesones. Por ejemplo: en la máquina de vender tabaco tiene un letrero en el cual dice: “AQUÍ SE VENDE LO QUE ESTÁ PROHIBIDO CONSUMIR”.
¡Ah! Después de leer la formosa frase casi tuve una eyaculación precoz, de cintura para arriba porqué para abajo soy inválido, como muchos presumidos que lo son sin haber tenido un accidente como yo. ¿Vale? Y para terminar, os juro que no me siento terrorista de esta planeta por mis 549.325 cigarrillos que he fumado de 1956 a 1999, a veces en famiia, a veces con el equipo creativo, a veces con clientes en privado cuando éstos prohibían fumar a sus trabajadores. Ya entiendo un poco de que cuando se pone en marcha un camión de cualquier ayuntamiento con tracción gasoil, tira mas mierda al ambiente que mis 549,325 cigarrillos (que eran buenísimos y además pagaba impuestos).
Ah, me olvidaba. También he fumado unos puros de la Habana, como los de que le enviaba el Fidel al Felipe Gonzáles. ¡¡Vaya!!.
El Grafópata Giralt, que os muestra un dibujo original ¡a color! del Manuel Urda Marin, publicado en TBO a color los años 50 (descargar PDF).