Dilectas y dilectos grafópatas y grafópatas: Hoy no es un día para furcio buscabollos, según se mire. Vereis; esta madrugada, bajaba al sótano (mazmorras según el circunflejo publicista de Manresa Josep Renalías) a buscar una botella de paxquè (orujo destilado en exclusiva para nuestro marquesado desde 1847), pues como os decía, al bajar, en el tercer escalón de la escalera de caracol, he tenido un ataque gravísimo de papiroflexia que sumado a mi grafopatía ya podeis imaginaros la escena, y claro, al ser estas fiestas navideñas poco me rompo la christma. Ha sido terrible. En una mano la muleta (de cojo, no de torero) y en la otra la antorcha ya me veía rodando por la escalera y al ser esta de caracol aún más.
Con solo pensar que con la antorcha desparramada el fuego y provocar un gran incendio y destruir todos mis tesoros, que al fin y al cabo son los vuestros…. ¡Además este gran platal aún sin clasificar! Total que antes de rodar me agarré a una cadena con grilletes que prendía de la pared y eso me salvó, porqué los ataques de papiroflexia, si estás acostumbrado a ellos, te avisan y por lo tanto puedes prevenir el ataque sentándome en los escalones, hasta que pasen. Un consejo: si alguna vez teneis un ataque de papiroflexia, lo primero que teneis que hacer es tirar muy lejos las tijeras.
Y sigo: una vez recuperado me dirigí al fondo de una especie de sibil y en una estantería donde están los codiciados paxqués. Mis antepasados los tenían clasificados por fechas según el grosor de las telarañas, por tanto escogí una botella, apartando con la antorcha las arañas, que no se querían marchar las puñeteras. Al sacar la botella, en el hueco que ésta dejó, vislumbré como detrás de la estantería, una especie de cartulina, alumbré el agujero con la antorcha y allí se apreciaba en el papelón una figura dibujada con pantalones a rayas naranja… aparté como pude la estantería y fue tal mi sorpresa, al ver de que se trataba, la deseada botella de paxquè se me cayó al suelo rompiéndose, desparramando todo su rico néctar. No importó ¡tenía en mis manos el original de la ilustración a color –acuarela y gouache- que sirvió para la portada de “La Cabaña del Tío Tom”! (años 40) ¡ah! realizada, dibujada y pintada, nada más y nada menos que por el gran Jaume Juez Castellà “Xirinius” (Barcelona, 1906- 20029). Aún quedé más turbado cuando comprobé que no se trataba solo de la portada, también del dorso de libro. Mirando un libro de apuntes de adquisición de obras de arte compruebo que este dibujo fue adquirido por los marqueses de Castelldefels Rodriguez-Collado en 1943 Aquí os la muestro y espero que tengais el mismo placer carnal que ha sentido un servidor de usted, (que ya no se dice). Lo celebré con otra botella de paxqué de 1897 invitando a la juerga a las arañas que se sumaron a la parranda con mucho gusto.
Otra cosa para terminar: no quisiera ser mal educado por las miles de personas que me consultan por lo de la ampliación de mi sótano (mazmorras según el circunflejo publicista manresano de Manresa Josep Renalías) y el resultado es que, aunque el gran arquitecto F.R. hizo un trabajo extra, el ayuntamiento no nos ha dado el permiso, pero por nasos lo vamos a ampliar. ¡Que se ha creído este ayuntamiento!. Ellos que hagan de ayun y nosotros el tamiento! ¡Cono! Y lo vamos a hacer porque la grafopatía así lo pide, cuando algo bueno para la humanidad se le ponen palos de moguer a las ruedas, no hay otro sistema que facer trampas aunque sea pública. Adjuntamos una estampa del dibujante Rana donde “Los hombres intrépidos” el Porredon (sin acento ni burbujas) el grafópata Giralt y el circunflejo publicista manresano de Manresa, Renalias (hombres nuy intrépidos, si, pero que fracasaron en la Revista El Jueves) retocando los planos para que el ayuntamiento nos de el permiso de obra, que seguro que lo hará por amistades que tiene uno en Marbella.
Una fuerte opresión de el grafópata Giralt, que ya se está medicando para los ataques de papiroplexia y del resultado final de la juerga del paxqué con las arañas. ¡Feliz 2011!!
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